La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. (François Mauriac, Escritor francés)
De estrada debo aclarar que no domino los temas de la muerte, ni de la tanatología a la que wikipedia refiere como la disciplina que estudia el fenómeno de la muerte y todo lo que ello conlleva. Su principal exponente es Elisabeth Kübler-Ross , pero el presente escrito habla sobre mi experiencia con personas cercanas que han pasado por el proceso de pérdida y sus procesos de duelo (llevados adecuadamente o no). La intención de escribir sobre esto se debe a que «misteriosamente» algunas situaciones, artículos y personas me han recordado constantemente el tema. Por lo tanto, hablaré de algunas situaciones que he experimentado de un tiempo para acá (del año 2012 al presente 2013) y posteriormente mi experiencia personal.
Así que para empezar, creo que un punto esencial aclarar que cuando hablo del concepto de pérdida, no me refiero solamente a la muerte física de un ser querido, sino al vínculo que nos une con alguien como la separación, ruptura, divorcio de una pareja y que puede afectar a los hijos (cuando uno de los padre o ambos, se alejan), en el aspecto profesional aplica cuando se pierde un empleo (un despido por ejemplo, sin importar si es injustificado o no) y otras situaciones más que no recuerdo.
Tengo aproximadamente 3 años que empecé tomando terapia de manera temporal como un complemento a mi formación de coach, al dar por terminadas mis sesiones de terapia, decidí tomar a un diplomado en donde se trabajan las técnicas del eneagrama y psicodrama. No describiré detalladamente lo que se ve ahí ni los casos, salvo que fuera necesario (sin dar nombres por supuesto). Pues bien, de un año hacia la fecha se nos ha explicado sobre la tanatología y como esta forma de terapia (lo llamaré así, aunque el término pudiera ser erróneo) ha ayudado a muchas personas a transitar con serenidad y aceptación enfermedades terminales o sobrellevar la pérdida (física o no) de un ser querido. A mi punto de vista es increíble la cantidad de personas que al no saber como trabajar su duelo, llevan arrastrando consigo a un ser querido que ha muerto días, meses o incluso toda una vida. Así que cuando se ha trabajado en el cierre de ese proceso interno de la persona (cerrar círculos como creo se le conoce en la Gestalt), la persona que sufre la pérdida puede continuar con su vida (y digo «puede» porque en la vida acontecen infinidad de situaciones más aparte de la muerte de un ser querido).
Dentro de mi experiencia en las sesiones de psicodrama me ha tocado participar representando a personas que han sufrido la pérdida de alguien o personificando a aquel que ha muerto (al principio puede sonar siniestro, pero no es así), estos trabajos de psicodrama son interesantes, muy enriquecedores y bastante poderosos, si bien a nivel personal al inicio participé con cierto recelo sin saber si lo hacía bien o mal, posteriormente me integré más efectivamente (con la guía del director de psicodrama). Con el tiempo empecé a ver como tenían resultados en las personas que lo trabajaban y como esto se relacionaba conmigo.
¿Qué quiero decir con esto? siguiendo con la línea del tema de la tanatología, considero que todos estamos de una u otra manera relacionados con la muerte y que definitivamente moriremos. En esta vida se nos ha enseñado a vivir, pero nunca a morir. No pretendo con esto enfocarme a lo depresivo y negativo. Al contrario, en la medida que comprendamos nuestra inevitable relación con la muerte y la de quienes nos rodean, será mas sencillo comprender y aceptar su muerte (o pérdida) y por consiguiente la nuestra.
Por lo tanto, de los diferentes trabajos que he realizado, los que más se han relacionado conmigo, han sido la pérdida de un padre (o hermano), la ruptura de pareja (divorcio generalmente) y hace poco la muerte de un hijo. Todos estos como he mencionado son pérdidas (que no siempre son físicas) y que conllevan mucho dolor al no saber como trabajar un proceso de cierre o duelo que permita a la persona seguir con su vida y no arrastrar el recuerdo doloroso de aquello que hemos perdido.
Como mencioné, todos estamos conectados con la muerte o pérdida de un ser querido, y si hemos tenido la fortuna de no vivir estos procesos, muy seguramente alguna otra persona cercana a nosotros sí los ha sufrido (ya no estoy seguro que tan positivo sea el no pasar por estas situaciones), por ello que cuando se han acercado conmigo a platicarme sobre la muerte de un familiar, la perdida de trabajo o la ruptura amorosa empiezo a conectarme con su dolor y a la par, revisarme interiormente a la vez que doy apoyo a quien me lo solicita.
Debido a que esta entrada se hizo muy extensa y no he hablado aún de los diferentes tipos de duelo o pérdida en que he participado, continuaré en otras futuras entradas en donde describiré brevemente (de ser posible, ja) como he relacionado el proceso de pérdida de quienes me rodean con mis vivencias. Hasta el momento han sido 4 aspectos con los que me he identificado más, el perder un padre (madre o ambos), una pareja, el trabajo o un hijo. Hasta el momento considero que he vivido solamente una de estas situaciones. El resto será complicado de describir en pocas palabras.
Por último quisiera compartir una pregunta que me hice mientras escribía lo anterior ¿será que el proceso de duelo de otros me conecta con mis vivencias, o tal vez, mi proceso de duelo se conecta con las vivencias de otros?, no lo sé aún, tendré que aprender más…
Un saludo a mis dos lectores, y a todos aquellos que me honran con la lectura del presente escrito.
AMDG
Gracias por compartir este tema tan interesante. En realidad cuando alguien se va, sólo se va su materia pero su recuerdo perdurará por siempre en nosotros.
Hola Gloria,
Coincido contigo, de hecho esa imagen mental que nos hacemos de nuestros seres queridos, es la que nos ayuda a poder «dialogar» con ellos, como si aún estuvieran con nosotros. Desgraciadamente muchas personas no se dan cuenta de ello y lo sufren desconsoladamente.
Gracias por leerme, te mando un abrazo!
Daniel =)
[…] « Cuando alguien se va (Parte I) […]
Reblogueó esto en Yo Mujery comentado:
porqué todos debemos estar preparados y ver que la adversidad es un hecho inevitable