Un buen libro o una película (no comercial y de otro país), siempre son una oportunidad de escapar del encierro de la mente…
Hace un par de horas terminé de ver una película europea de nombre “El concierto” (Le concert, 2009; ficha IMDB), me agradó porque ya venía algo “sensibilizado” después de leer el inicio de un libro llamado “La soledad de los números primos” (La solitudine dei numeri primi, 2008; ficha IMDB).
Lo que me enganchó de ambos, fue algo fuera de lo conocido, es decir, en la película “El concierto” que trata la historia de un ex.director de orquesta ruso, que busca la oportunidad de realizar un concierto interrumpido casi 30 años atrás mientras se devela el motivo de sus intereses. Lo bonito de esa película es que pasan la ambientación de la vida cotidiana del protagonista y sus amigos, situaciones tales como organizar la estructura del concierto mientras están en su casa mientras se observa la decoración de la sala de estar y la cocina, o cuando la esposa del director lleva una charola de té o café con unos pequeños platitos con una especie de bocadillo que acompaña la bebida. Se aprecian también otros detalles que pueden ser un poco contrastantes a un hogar de clase media de mi país, si bien la película no tiene una temporalidad precisa, se aprecia contemporánea al año en que se filmó (2009) pero se pueden apreciar las condiciones del entorno en que viven los personajes.
Otro aspecto que me movió esta película es la forma en que la música es una especie de catarsis. No conozco de apreciación musical, tengo otro tipo de formación, y me permite ser más sensible a como el espíritu muestra esa capacidad de expresarse y ser uno mismo, pudiendo reír y llorar de emoción.

En cuanto al libro “la soledad de los números primos” me enganchó la introducción de el mundo visto desde 2 niños italianos y la forma en que viven sus circunstancias familiares que los orillan a actuar con resultados que -por lo que llevo leído- les afectan. Lo interesante es la forma que en los primeros capítulos el autor adentra en cada personaje y les dibuja con claridad los hilos de intereses e inquietudes que les mueven. Inclusive me dan una idea de como podría ser el interior de la mente de aquellos adolescentes que son reacios a expresarse pero que llevan en su interior una especie de pelea interna que les oprime y les impide conectarse a su entorno. Lo que les orilla a una especie de abismo del que difícilmente saldrán si no consiguen o permiten ayuda. Pero en mi impresión original, falta leer más sobre ello.
Esto es a grandes rasgos algo que pasó por mi mente. Posiblemente tenga que ver mi trabajo de voluntariado aunado a mi formación en psicodrama y el trabajo que realicé en días pasados.
Definitivamente, un buen libro o una buena película pueden ser el alimento perfecto de una mente desesperada que intenta abrirse paso de la ciénega de lo rutinario y gris que atrapa y encajona al espíritu.
Un saludos a mis dos lectores y a quienes me regalan algunos minutos de su vida.
AMDG
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